Con el apoyo de la Junta, Fapugex desarrolla un programa para reducir el fracaso escolar del alumnado gitano

Aunque no hay un censo, se calcula que son 1.200 los gitanos que residen en Plasencia y que entre los que están en edad escolar el absentismo supera el 64%. Por eso esta ciudad es una de las que en Extremadura se está desarrollando un programa, financiado por la Consejería de Sanidad, con el que se pretende dar la vuelta a unos datos que «impiden la integración social y laboral de este colectivo», afirma Juan Vázquez, presidente de la Asociación Gitana de Plasencia y también de la Federación de asociaciones del pueblo gitano extremeño (Fapugex).

Son 430.000 euros de fondos europeos los destinados en la región a frenar el absentismo escolar y lograr que el alumnado gitano culmine la etapa educativa obligatoria, «y que también se enganchen a la educación y comprendan su importancia para lograr tener un trabajo en el futuro, para tener un futuro mejor», resume Juan Vázquez. Para romper con la realidad que «a día de hoy pone de manifiesto el hecho de que no haya en Plasencia ni un solo gitano con titulación universitaria o el hecho también de que la mayoría de las alumnas gitanas abandonen la escuela cuando terminan Primaria y no continúen formándose».

Para acabar con esta situación, dos jóvenes gitanos son los que hacen las funciones de promotores o mediadores escolares en la ciudad. Antonio Montaño y Daniel Silva se ocupan desde mayo de visitar a las familias gitanas de Plasencia, de comprobar que llevan a sus hijos al colegio, de supervisar después en el centro que asisten a clase, de conocer si requieren esfuerzo escolar y proporcionárselo, de lograr que sus padres se involucren igualmente en la vida del centro y asistan a las reuniones…

«Es muy importante que las familias entiendan que la educación es la herramienta fundamental para incluir a la población gitana y que sus hijos tengan un futuro mejor», señala Daniel Silva. «Es posible lograrlo si los centros cuentan con promotores educativos gitanos como nosotros, porque familias y alumnos se sienten respaldados», añade Antonio Montaño.

Ellos son dos de los 18 promotores que en el conjunto de la región llevan a cabo el mismo programa, «en aquellas localidades donde hay más de 700 gitanos viviendo y el fracaso escolar es muy alto», detalla Juan Vázquez. En total los promotores desarrollan su labor en 75 centros repartidos por Extremadura. En el caso de Plasencia en el centro infantil Dulce Chacón, los colegios La Paz, San Miguel y Ramón y Cajal, y los institutos Sierra de Santa Bárbara y Virgen del Puerto.

«El objetivo es mejorar la situación actual y conseguir que más gitanos se escolaricen en la etapa de Educación Infantil, que consigan terminar la etapa obligatoria y continuar después formándose», insiste Juan Vázquez. «Porque lo consideramos esencial para la integración del pueblo gitano y para frenar las desigualdades que hay». De ahí también que en los centros educativos a los que alcanza el programa «se difunda la cultura gitana, para acabar con la discriminación y los estereotipos que conlleva el desconocimiento», zanja el presidente de Fapugex.